Unión de Santa Fe acaba de ganar su partido en Rosario por una de las minisedes de la Liga Argentina y apenas termina el festejo, uno a uno los jugadores se acercan a Jorge Toñanes para saludarlo, para preguntarle cómo está e intercambiar alguna broma. Gastón Bertona se quiere sacar una foto, y al instante nadie quiere quedar afuera del recuerdo, por lo que la postal se vuelve masiva. Los chicos y grandes del Tatengue en su mayoría pasaron por los seleccionados de Santa Fe, son agradecidos con quien los acompañó, los trató bien y los alentó en las buenas y las malas.
Es sólo un ejemplo de los tantos que le devuelven afecto a quien es el utilero (y mucho más) de los seleccionados santafesinos desde 2005 y que vio crecer a varias de las que hoy son las figuras del básquet nacional e internacional, pero también a muchos otros que no siguen ligados al deporte pero con los cuales formó una relación de amistad que no depende en exclusiva del básquet.
“Empecé a viajar para la Federación en 2005 y el primer torneo fue un U13 en Santiago del Estero. Siempre me resultó agradable estar con los chicos, chicas y los entrenadores y entrenadoras de toda la provincia de Santa Fe y con el grupo de trabajo, como con el kinesiólogo Mario Piñero”, cuenta el inefable “Muerto”, protagonista de millones de bromas y anécdotas en los viajes o momentos para distenderse dentro de los campeonatos.
“Tengo muy buena relación con todos los jugadores y jugadoras. Nunca hubo ningún problema con ellos y también el trabajo con los entrenadores fue siempre muy cómodo, todos son accesibles y agradezco todo lo que aprendí con ellos”, relata el rosarino, identificado con Ciclón, institución en la que supo hacer todo lo que se puede hacer dentro del básquet en roles varios.
Esquivarle a la pronunciación correcta de algunos de los apellidos de jugadores es una de sus simpáticas costumbres, pero esta vez elige no dar nombres. No puede escoger entre unos y otros, jueguen en la NBA, Europa, selección argentina o en el patio de su casa: “Son muchos años de viajes y la verdad no puedo nombrar a nadie en particular porque sería injusto con el resto. Soy un agradecido de la vida por todos estos años de disfrutar, porque además recorrimos el país de punta a punta”.
Su tarea no siempre se reduce a lavar la ropa o doblarla, ya que la dinámica de tanta experiencia y torneos le permite colaborar en los trabajos de dirigentes, delegados y cuerpo técnico: “La tarea principal es la de organizar la ropa y los elementos, pero me toca estar en muchas de las concentraciones de los equipos de inferiores, acompañarlos, pero también estar atento a lo que necesitan llevar para lo administrativo de los campeonatos, planillas, certificados médicos, permisos de viajes. Hay que tratar de estar presente y ayudar a todo el equipo de trabajo de la Federación”.
“Se forma una gran relación con las familias y por eso seguimos hablando, nos saludamos incluso por video llamada con los están lejos. La verdad es que a veces me vuelven loco, pero son pibes y pibas extraordinarios”, se emociona el veterano Jorge, muchas veces parte de la contención de deportistas jóvenes que tienen sus primeros viajes lejos de casa en un rol de abuelo quejoso pero piola.
“Tengo montones de recuerdos felices y muchos títulos con los equipos, pero lo importante es cómo se vive en día a día de los torneos y pasarla bien. Por ejemplo, Balín Solari fue uno de los entrenadores y sabe hacer magia, por lo que en las cenas se ponía a hacer desaparecer y aparecer cosas. En el comedor lo aplaudían y yo agarraba la panera y pedíamos propina, en broma obvio. Pero hay muchísimas anécdotas graciosas y torneos en los que festejamos”, refleja Toñanes, quien se lamenta por estos años sin competencia nacional: “Fue una lástima. Por ejemple el año pasado hubieran sido 9 viajes a los Argentinos, que son torneos que los jugadores disfrutan mucho”.
El comisionado
Otra de las tareas que extienden su razón de “personaje federativo” es la función de comisionado técnico, la que también lo llevó a diferentes puntos de la provincia: “Nunca tuve problemas en ninguna cancha. La relación con las dirigencias es muy buena y siempre han estadio a disposición. Se trabaja muy cómodo con los oficiales de mesa y ni que hablar con los árbitros, con los que siempre coordinamos cómo vamos a trabajar”.
“Siempre es una satisfacción cuando te encontrás en diferentes lugares con gente de toda la provincia y te saludan bien. Es una de las cosas que más valoro”, cierra Jorge, toda una cábala además de los seleccionados más ganadores del país.
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