El básquet de Santa Fe tiene protagonistas, personajes, personas que lo construyen desde su base hasta la cima de la pirámide. Y todos son importantes, relevantes, porque forman parte del quehacer desde la pasión, viven el día a día desde el amateurismo o el profesionalismo, pero siempre con el deseo ferviente de que crezcan los torneos de la Bota. Jugadores, entrenadores, dirigentes, árbitros, padres, madres, utileros, personal del estadio, planilleros, apuntadores, oficiales de estadísticas, delegados, periodistas y hasta los choferes de los micros. Todos son personajes del básquet provincial y en Febasantafe.com.ar comenzaremos a conocer a alguno de ellos. En este caso se trata de un árbitro con recorrido en las canchas santafesinas y muy querido, a quien además le tocaron varias pruebas complicadas en la vida, el Negro José Moncada.
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Hace algunos años el ambiente del básquet de Santa Fe se consternó por el grave accidente sufrido por José Moncada y la familia del básquet se unió como otras tantas veces, en este caso para apoyarlo en todo lo que pudiera. Querido por sus colegas, apreciado por los diferentes estamentos provinciales, todos quisieron aportar de diferente manera para que pudiera luchar primero por su vida y luego para rehabilitarse. Los buenos deseos y mensajes se multiplicaron y el Negro dio una pelea formidable apuntalado por sus afectos para salir adelante. En una historia de coraje, amor y superación digna de una película, se dio el gusto de volver a las canchas cañadenses y provinciales.
Pero la historia del Negro en el arbitraje comenzó hace ya algunas décadas, cuando como tantos otros jóvenes dejó de jugar y vio un camino dentro del básquet, pero en otra función: “La idea de ser árbitro se inicia con la finalización de mi etapa como jugador. Encontré en el arbitraje otra forma de estar ligado a este hermoso deporte. Mi debut fue en un Interasociativo U17 en Rosario, siendo por ese entonces todavía árbitro asociativo. Tuve la suerte de arbitrar en ese torneo la final, junto a una persona que me ayudó mucho, brindándome su apoyo; Sergio Quinteros de la Asociación Santafesina”.
“Y el debut oficial como Federativo sino me falla la memoria fue en el año 1997/1998, en el club Regatas de Rosario en primera con un gran amigo de la vida, un súper maestro del arbitraje, el señor Osvaldo Bautista”, repasa José, quien tiene un estilo de dirigir en el que intenta llegarle al jugador de forma amena, alejado del contexto autoritario que en otras épocas era muy común: “Siempre fui de esos árbitros que cree que es más potable tener buena onda que marcar una distancia. Siento que es mejor dar esa imagen, en la que prevalece la parte humana”.
“Poder participar de cualquier tipo de torneos, me hacía inmensamente feliz, desde la llegada de la designación, armando el bolso el día anterior al inicio del viaje, como el estar allí compartiendo con colegas y amigos que me dio y me sigue dando este deporte. Espero que pronto volvamos a competir”, reflexiona el juez, quien también le dedicó un párrafo a las muestras de cariño que recibió en el duro trance que debió afrontar y pudo superar a pura fuerza de voluntad y esfuerzo físico en la rehabilitación: “¡Ufffff! En verdad uno no magnífica lo que siembra a lo largo de esta carrera. Porque uno actúa como es. Pero después de mi accidente recibir tantas demostraciones de afecto por parte de dirigentes, jugadores, entrenadores, colegas, comisionados técnicos, hinchas, periodistas, en fin, de todas las personas que son afines al básquet, fue, es y será lo mejor que me dejó el transitar un mal momento. No me alcanzan las palabras para agradecer a todos los que dedicaron cinco minutos de su tiempo en regalarme una oración o tirarme buena vibra. Esto resume lo que la familia del básquet”.
“Quiero agradecer al colegio de árbitros de Cañada de Gómez y en forma especial al Piojo Mozzoni, Hernán Pérez, Chiqui Romero, Pablo Di Tomasso, Ariel Tosello, Osvaldo Bautista y Tito Raggio, quienes estuvieron incondicionalmente a mi lado y el de mi familia”, se emocionó Moncada, quien guarda también otra historia dentro del básquet, en este caso, de amor: “Recuerdos y anécdotas tengo un millón pero sí voy a contar una especial para mí, que fue en un torneo Federativo U15, en la ciudad de Venado Tuerto un 25 de mayo, en el cual conocí una enorme mujer, también ligada al basquet, Mariela Molina, quien fue mi sostén en el más duro momento de mi vida, contando con el apoyo incondicional de toda su familia y que al día de hoy es mi pareja”.
La emoción del Negro es la de todos. Su lucha es única. Bien vale la pena conocer a este personaje federativo.
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