Edad: 27 años

Lugar de nacimiento: Sunchales

Club actual: As Vicenza

Club de formación: Libertad de Sunchales

Hace ya diez años que Gisel Villarruel juega en el básquet italiano y en esta campaña es pieza determinante del As Vicenza que está en carrera por el ascenso a la Lega Femenina tras desarrollar una muy buena campaña en la A2. En cuartos de final eliminaron a Udine 2 a 0 y desde el lunes el desafío será dejar en el camino al Ponte Casa d'Aste Sanga Milano.

La sunchalense promedió 17 puntos en los duelos de cuartos de final y en la previa del momento cumbre de la campaña, se prestó a la charla con Febasantafe.com.ar.

“Es un gran momento que trato de vivirlo y disfrutarlo al 100%, fue un año complicado y diferente a los demás. Tuvimos que estar 42 días sin entrenar ya que del grupo y staff tuvimos 15 positivos y eso nos llevó a recuperar 8 partidos en 20 días. Llegamos cansadas a los playoffs pero con muchas ganas de buscar lo que nos merecemos. El staff nos pone en condiciones para dar lo mejor de nosotras”, relata Gisel, muy metida en lo que viene para su equipo y confiada en los merecimientos.

“Creo que estamos donde estamos por mérito nuestro y el cambio de entrenador en enero nos ayudó a crear una identidad como grupo y equipo. Cada una sabe el rol que tiene y tratamos de ayudarnos para mejorar, nuestro fuerte es la defensa agresiva y poder correr en contra pie”, contó Villarruel, ya más italiana que argentina en el básquet, pero con el sello inconfundible del talento y la garra argenta.

La etapa del desapego obligado y de las añoranzas ya pasaron. Fue hace ya casi una década y cuando apenas tenía 17 años el momento de lanzarse al mundo del básquet internacional. Venía de ser la goleadora del Argentino U17 de Eldorado con Santa Fe, que ocupó el tercer puesto. Gisel estaba en el quinteto inicial con Romina Bazán, Yoana Macello, Agostina Ledesma y Dianela Modolucci.

Pero mejor que ella cuente la historia y qué se extraña de Argentina: “Llegué a Italia de la mano de Trogylos Priolo en noviembre del 2011, tuve bastante tiempo para adaptarme, no fue nada fácil estar lejos de la familia y amigos pero era mi sueño y trabajé duro para poder llegar. Nunca nadie me regaló nada, todo fue a costa de mucho sacrificio y dedicación.  De la Argentina se extraña la familia, los amigos y nuestras costumbres”.

Desde muy joven fue convocada a la selección nacional, en algún momento vivió la situación de ser el último corte del plantel definitivo en U18 y luego también estar algo alejada de la consideración por desarrollar su carrera en Italia, pero el tiempo puso las cosas en su lugar con los llamados en el último tiempo y el reconocimiento actual en el básquet nacional, donde su apellido se hizo mucho más familiar.

Y desde su experiencia también se anima a contar de qué forma se podría ayudar al desarrollo de las jugadoras del país: “En Argentina faltaría una liga profesional durante todo el año y no sólo en categoría mayores para poder fomentar el crecimiento desde las categorías inferiores”.

Y es tiempo de regresar a su pasado en los seleccionados de Santa Fe, en un época en la que el femenino se regía por su propia Federación y tenía reglas no escritas con sus particularidades: "Nos divertíamos muchos en los torneos con la selección de Santa Fe y recuerdo que siempre se presentaban buenos equipos y estábamos en los podios. Cuando la base era de Noroeste llevaban apenas dos o tres jugadoras de Rosario y cuando organizaba Rosario llevaban pocas del Noroeste".

Para desmenuzar a pleno su etapa de formativas, Gisel cuenta con la colaboración clave de sus padres en videollamada. Carlos y Fabiana tienen todos los recuerdos a mano, las fotos y el seguimiento de ella y de su hermana Fernanda, quien también supo destacarse en el basquet sunchalense.

"La primera experiencia en el exterior fue a los 12 años, en Paraguay con Cristo Rey para las finales del minibásquet", explica Gisel, y Carlos amplía la data: "Vinieron a un encuentro de mini en Sunchales y en la cena de despedida, el entrenador nos dijo que se iban a llevar a la número 13. Quedó como una broma o un comentario y a los días me llaman para que como dirigente les hiciera el contacto con los padres de la número 13. La 13 era Gisel y el padre era yo (risas)".

Con Libertad de Sunchales logró el ascenso en 2010 y jugó la Liga Nacional en 2011, previa a su ida a Italia.

Y Gisel se animó al repaso de sus torneos con Santa Fe: "En 2007 salimos campeonas de preinfantiles en Saladillo, en Rosario y en 2009 fuimos campeonas Sub 15 en Tostado. En Sub 17 terminamos subcampeonas en Gualeguaychú y Concepción del Uruguay y terceras en Eldorado. Además, jugué en 2011 en el equipo de mayores en Mendoza".

A horas de un partido clave y a pesar de la diferencia horaria, Gisel se tomó un rato para revivir parte de su historia. Es fruto de su esfuerzo y de sus determinaciones. Es fruto del apoyo de su familia y de su lucha. De creer en ella y de buscar superarse. Todo lo que consiga ya se lo ganó.