Fernando Ciprián está feliz por el éxito conseguido con Santa Fe en el Argentino, pero desde el inicio de la charla se encarga de otorgar crédito a los que no salen en la foto: “Me hubiese gustado tener un poco más de tiempo de preparación para aceitar el juego de equipo un poco más, por lo que no es falsa modestia pero quiero reconocer que en lo que han logrado los chicos hay mucho mérito de los profes que trabajan con ellos en cada club. Nosotros en las prácticas y amistosos tratamos de inculcarles mucha defensa, porque es clave en estos torneos”.
El entrenador santafesino ahondó en el concepto: “Nos adaptamos a lo que traían, y les pedimos que se pasen la pelota, que tengamos vías de gol para evitar ser predecibles. Y se vio la evolución dentro del campeonato porque empezamos bastante egoístas, mucha pelota contra el piso, demasiado pick and roll, y fuimos cambiando, empezamos a pasarnos la pelota más y mejor. Sabíamos que teníamos muchos duelos de uno contra uno que íbamos a ganar y que incluso jugando mal podíamos anotar más de 60 puntos, pero queríamos que el equipo defienda y que crezca en su juego”.
“Arrancamos con un rival que por era demasiado sencillo como San Luis, y si bien se ganó por cifras amplias, no se pudo afianzar el juego de equipo. Lo sentimos un poco ante Mendoza, que nos complicó, pero en el último cuarto mostramos carácter e hicimos lo necesario para ganar el juego, porque estuvimos más ordenados. Con Santiago del Estero también fue un duelo que ganamos sin problemas pero la idea era que el equipo empiece a tener su juego y el choque ante Corrientes en cuartos de final fue el primer partido en el que creo que realmente jugamos bien, o al menos como yo creo que pueden hacerlo estos chicos”, analizó el técnico santafesino, quien luego se refirió a los partidos definitorios: “Ante Buenos Aires y Entre Ríos, en los juegos más difíciles del torneo, los chicos mostraron carácter y entendimiento, y con inteligencia los supimos resolver. En la final, por ejemplo nos dimos cuenta de que dominábamos con los grandes y lo aprovechamos”.
Fuera de la cancha, los chicos también fueron ejemplo en Embalse y Río Tercero. “Hay que destacar el comportamiento de los chicos. El grupo fue increíble y fue destacado como una de los mejores delegaciones. Por eso felicitamos a los padres por la crianza que le dieron a sus hijos. En un momento estuvo en duda la continuidad del torneo por el mal comportamiento y poco control de muchas delegaciones”, explicó Ciprián, quien también le dedicó elogios a su asistente Rodrigo Juárez: “Te diría que fue una dupla de trabajo. El se encargó de la parte defensiva, porque me encanta como lo hacen sus equipos en Unión de Sunchales, muy intensos, presionando. Yo me ocupé un poco más del ataque, pero nos sentimos muy cómodos, nos complementamos en el trabajo e intercambiamos ideas”.
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EL PLANTEL BAJO LA LUPA DEL DT
Juanse Gorosito: Un pichón de crack, un animal. Tiene una técnica increíble, maneja los dos perfiles, con un lanzamiento y efectividad asombrosa para su edad. Piernas explosivas para desprenderse y quedarse en el aire. Mucha lectura de juego, hace todo sencillo. No tuvo una final deslumbrante porque la defensa de Entre Ríos se centró en él y pasó mucho la pelota.
Jero Rodríguez: Va al frente como un caballo. Cuando necesitamos que diera la cara nos aportó gol y también orden.
Francisco Belletti: Uno contra uno endiablado, no lo podían parar. Nos dio mucho rebote porque es alto y carga bien. No falló libres, algo muy bueno, en la final metió todo. Vía de gol cuando se apagaba Juanse.
Nico Quiroga: Excelente. En la semifinal lo defendieron bien y estuvo un poco apagado pero en la final nos dio mucho. Un soldado a la hora de entrenar, tiene gran uno contra uno, sale para la derecha para la izquierda. No sabían cómo detenerlo.
Tobías Flores: El mejor defensor del torneo. Se bancó en cada juego al mejor jugador del rival, robando pelotas y corriendo. Nos dio mucho desde la defensa.
Luca Socín: Nos dio ayuda en defensa que por ahí no esperábamos tanto y brindó explosión en ataque.
Juan Chemes: Fue pausa, pase, cabeza. Le costó un poco en defensa, pero cumplió.
Gianmarco Reale: Clave reboteando muy bien, inteligente en defensa e importante en ayudas defensivas.
Alan Durán: Superlativo en la final. Tuvo un torneo quizás un poco irregular pero en la final fue desequilibrante. Es un chico de 1,92 con impresionante capacidad atlética y entendió lo que tenía que hacer en ese partido clave.
Lorenzo Masero, Santino Romegialli (el más alto del torneo) y Franco Herrera: Todos los grandes haciendo muy bien su trabajo, reboteando, corrigiendo tiros, en líneas generales todos muy bien.
LAS DEFENSAS, TEMA CANDENTE
En la divisional Sub 13 se castiga con falta técnica la defensa ilegal (zonal o doblar al que no tiene el balón, por ejemplo) y siempre es motivo de análisis e incluso de queja porque incluso los muy buenos jugadores se frustran. En esta campaña, la situación estuvo bastante controlada según explicó Ciprián.
“Hace dos años en el Argentino que se jugó en Santa Fe y en el que fui asistente de Diego Foradori, para nosotros jugó Gastón Bertona y sufrimos las defensas ilegales. Contra Entre Ríos, se lo dobló todo el partido, sancionaron muchas defensas ilegales, pero nos sacaron del juego porque los chicos se frustraron. En esta ocasión estuvieron más firmes los arbitrajes desde el inicio y los doblajes fueron en su mayoría los permitidos. Cuando a Gorosito se lo hicieron de manera escalonada y era ilegal, los jueces pitaron y los rivales dejaron de hacerlo. Si se la dejan pasar te sacan ventaja y te sacan del juego”, analizó el entrenador de Santa Fe, quien reconoce que es todo un rema a resolver y a tratar: “Algunos equipos se nos cerraban mucho, del lado fuerte y del lado débil y les cobraron pocas. Siempre depende de la capacidad del árbitro y de si entiende el espíritu de la regla. Hay que entender quién quiere jugar y quién no. Nosotros proponíamos la defensa de uno contra uno y con el correr del torneo empezamos a cerrarnos un poco porque sino hacíamos el papel de tontos. Pero esta final ante Entre Ríos no fue ni por asomo como la de aquella vez y se pudo jugar”.
LA EMOCIÓN
El final del encuentro decisivo ante Entre Ríos dejó una imagen conmovedora. Mientras los chicos empezaron a festejar, Ciprián se arrodilló cerca del círculo central y no pudo contener su emoción. “En ese momento se me vino a la cabeza Santi Gilliard, el Chino, su papá, con quien trabajo en Rivadavia Juniors y toda su familia. Esto se lo quiero dedicar a la familia Gilliard”, explicó el entrenador. Santiago Gilliard, de apenas 14 años, falleció en una práctica de Rivadavia Juniors en 2015 y todo el básquet santafesino lo recuerda con el mayor de los cariños.
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